lunes, 15 de septiembre de 2014

Perdonar.

Perdonar después de todo el mal que nos hicieron, perdonar después de habernos comido la puteada de nuestras vidas, perdonar después de que nos fallaron, nos decepcionaron, nos mostraron sus otras caras. Perdonar es difícil porque sabes que las cosas que dijeron de vos, por mas que se arrepientan de haberlo dicho, son las cosas que en realidad piensan de vos, y eso no lo cambia nadie. Cuesta y mucho afrontar la realidad, y por más que quieras a esa persona en tu vida, te falló y eso no lo cambia nadie. Se arrepentirán, si, pero lo dijeron, lo soltaron, se descargaron con vos y aunque no se den cuenta las palabras duelen. Y más viniendo de quienes menos lo esperabas, a quienes les depositaste toda tu confianza, les diste cariño, tiempo, contención, en fin cuando diste todo de vos, y te pagaron así. Se arrepienten, te piden perdón, pero no es fácil volver a confiar. No es fácil después de todas las cosas que se dijeron, los insultos, todo. Con el tiempo a veces logramos perdonar, no del todo, pero lo hacemos. Porque no podemos estar sin esa persona que nos dio tanto para recordar, que nos hizo tan feliz, cuesta, por todo lo que hablaron, por los insultos que hicieron públicos, cuesta porque también quedas mal vos, quedas como la cualquiera, como la falsa, la que habló de una persona y ahora está con ella, pero no saben lo que te costó perdonarla, y lograr que todo vuelva a ser como antes olvidando los insultos. Perdonar y pedir perdón son formas de crecer, son parte de la vida y nos va a pasar millones de veces, no es fácil, pero nos va a pasar, a todos.

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